y los acerca cada vez más a sonidos más alternativos. En este último trabajo no han tenido miedo
a la hora de experimentar con nuevos sonidos, sobre todo electrónicos,
y nuevos ritmos que se aproximan más al Hip Hop que a otra cosa,
pero eso sí, sin perder su principal influencia, Nirvana.
En este album destaca poderosamente la base rítmica con una batería un tanto extraña,
ecualizada a lo St. Anger (quiero decir, que suena un poco a lata),
y un bajo subido de volúmen que aportan la personalidad de las composiciones
y sobre la que se asientan unos riffs de guitarra muy Marilyn Manson
y una voz muy Kurt Cobain, no en vano, en una entrevista que leí la propia banda declara
que Nirvana es una de sus grandes influencias, si no, solo tenemos que escuchar Charly,
decimo corte del disco, para comprobarlo.
Como decía al principio, el principal atractivo de este trabajo consiste en la introducción
de numerosos elementos electrónicos y ritmos de batería, mejor dicho, de bombo cercanos al Hip Hop,
y el mejor exponente lo encontramos en Take me down, un tema que suena muy a desesperación
y al que sinceramiente creo que sin la introducción de esos elementos no hubiesen conseguido el efecto deseado.
Realmente Revelbeat no inventan nada, para cada tema podemos encontrar una clara influencia,
ya sea los Marilyn Manson o Nirvana anteriormente mencionados
o bien Sober en why (say it to me) sin olvidarnos de ritmos de batería semi-hip-hop
que pudimos ver en los primeros trabajos de Def con Dos.
Reconozco que cada vez es más difícil inventarse algo, pero estos zaragozanos,
con esta mezcla de ritmos, tendencias y parecidos, evitan muy bien el tedio y hacen que la perspectiva
de un nuevo album en el horizonte resulte en la incógnita de por dónde van a salir esta vez.
No me cabe duda de que hacen lo que les gusta y lo hacen bien.
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